Sorpresa...

Bueno, vuelvo a las andadas... Piensas que no. Piensas que es la última vez. Que ya lo has encontrado... No.
Te demuestra que no. Lo intentas. Das el 60 %. Subes. Das el 80 %. Sigues subiendo. Das el 100 %... Y sigues subiendo... No sé hasta donde... Pero entregada al máximo... Para que todo se derrumbe. Para que esa persona no esté preparada. Para que te diga : Te quiero. Pero no esté preparada. Para que te toque y lo sientas como con nadie. Pero no esté preparada...
No puede ser. Es una frase que lleva en mi cabeza unos días. NO PUEDE SER. Pero sí lo es...
Lo que no entiendo, es que yo si dejo de sentir, lo digo. Así de claro. No puedes evitar sentir, y de igual forma, no puedes evitar no sentir. Pero que diga que me quiere pero que piensa que nos viene bien la distancia? NO...
Nunca viene bien. Son ya experiencias. Y no sale bien. NUNCA SALE BIEN. Si no es él, seré yo la que pierda el interés, la ilusión, la confianza, la seguridad, las ganas... Uno de los dos. Seguro. Y él no sé da cuenta. O le puede la situación.
Pensé que era fuerte. Que lucharía conmigo a mi lado. No que quisiera luchar por mí en la distancia. Yo ahí no sé luchar. Yo ahí no quiero luchar. Porque lo he intentado tantas veces, que sé que es una lucha en vano. Además, ¿sino puede luchar conmigo, va a luchar por mí?
¿En la distancia?
¿Sin tenernos cerca y sentirnos?
¿¿¿Sin vernos ni tocarnos???
Yo así sé que no va a ir bien. No puedo esperar a hablar con él por teléfono. Ni a que suba un fin de a verme. O que yo pueda bajar a verle a él.
Lo que es la vida. Las vueltas que da. Las cosas que pasan. Todo es por algún motivo futuro. La vida pasa poco a poco. Pero mañana no sabes si volverás a abrir los ojos. Y nosotros perdiendo el tiempo. Con lo fácil que es disfrutar, reír, soñar, estar bien, ser feliz... Pues no, tenemos que pensar demasiado, ver cosas malas en vez de buenas, y complicarnos la existencia a nosotros mismos y al resto.
Pero también vuelvo a pensar. Que porqué a mí de nuevo. Que no puede ser. Que no lo merezco. No lo merezco... Tantas ganas de amar tiradas a la papelera. Tantas ganas de sentir tiradas también. Esa ilusión, confianza, seguridad, para nada... Para tirarlo todo como un misero paquete de pipas vacío...